viernes, 26 de agosto de 2011

ENTRENANDO EN VACACIONES



Cuando llegan las vacaciones de verano, hay corredores que aprovechan para descansar de correr. Algunos aprovechan para realizar otro tipo de deportes como nadar o ir en bicicleta y otros simplemente se pasan un mes sin mover una pestaña (nada recomendable ¿o si?).
El problema de algunos de los que no hacen nada, es que están acostumbrados a salir en grupo y les da pereza o no son capaces de salir solos desde su lugar de veraneo. Tengo que reconocer que cuando tienes un grupo de amigos con los que entrenas habitualmente saliendo de un lugar de reunión, se hace difícil calzarse las zapatillas y ponerse a correr solo.
Aún así en verano, tanto si estás en la playa como en la montaña, se pueden ver decenas de personas trotando en solitario. Solo es cuestión de proponérselo. Te lo puedes plantear como una especie de turismo de running, haciendo cada día rutas nuevas donde quizás descubras rincones de tu lugar de vacaciones que luego puedas compartir con la familia.
También podemos ver muchos corredores solitarios que se acompañan con unos auriculares, yo no lo recomiendo, primero porque lo veo peligroso y segundo porque prefiero que todos mis sentidos se concentren en disfrutar de nuevos recorridos que quizás nunca vuelva a disfrutar.
Otra opción que utilizan muchos corredores solitarios es hacer madrugar a su mascota para que le acompañe, en este caso estaría bien preguntarle al animal si le apetece, no todo el mundo tiene las mismas necesidades.

Aún así comprendo que para muchos sea difícil entrenar en solitario, yo mismo soy incapaz de hacerlo y por eso en vacaciones y en momentos difíciles de algunas carreras, siempre llevo un buen compañero, una especie de animal de compañía, con el que comparto esos ratillos.