miércoles, 3 de julio de 2013
LOS RUNNERS YA COMEMOS INSECTOS
Hace solo unas semanas la ONU recomendó la ingesta de insectos para acabar con la hambruna en el mundo. Todos los que corremos hemos tenido la oportunidad alguna vez de deleitarnos con esta nutritiva dieta, ¿quién no se ha tragado nunca un insecto volador mientras corría? y nadie se ha muerto de eso que yo sepa.
Cuando hacía asfalto era algo más anecdótico, de vez en cuando notaba como un zumbido se introducía directamente en mi campanilla y no me quedaba tranquilo hasta que conseguía escupirlo o tragármelo. Pero ahora que he hecho la transición a la montaña y sobretodo este año con la primavera tan lluviosa que hemos tenido, empiezo a pensar que un importante porcentaje de la aportación proteica a mi organismo es a través de los insectos. Cuando corro por la montaña llegan por todas partes, yo tengo la teoría de que la mayoría los engullo de forma oral, pero estoy seguro de que alguno lo absorbo vía nasal y si no fuera porque me tacharían de loco me atrevería a decir que por las orejas y los ojos alguno se ha colado ( he oído algún que otro caso vía rectal, pero no lo comentaremos). Me gustaría aclarar que aunque por esos campos de Dios trague más insectos que en la carretera, lo prefiero, porque como todo el mundo sabe el animal criado en el campo es mucho más sano que el se cría en ciudad.
Hasta aquí he explicado los mecanismos naturales y más habituales de como un corredor ingiere los insectos (no tiene grandes secretos el tema), hay más pero son menos cotidianos pero quizás más traumáticos, pondré dos ejemplos y os animo a explicar en los comentarios experiencias propias:
1.- Tan simple como caer al suelo de boca, procurando siempre no romperse los dientes ni otros daños colaterales. Este sistema tiene la ventaja de que pruebas especies que no comes generalmente, suelen ser insectos sin alas y a veces de tamaño considerable. Las hormigas tienen un sabor similar a moscas y mosquitos y los escarabajos, si son de gran tamaño recomiendo se le quite el caparazón (como se haría con un langostino cualquiera) siendo opcional chupar la cabeza.
2.- Lo que yo llamo efecto aspirador. Es un fenómeno más peligroso de lo que parece. Suele ocurrir cuando vas corriendo y ves que te aproximas a una nube de insectos que no puedes esquivar. Intentas aguantar la respiración el máximo de tiempo posible mientras la atraviesas, pero si te fallan las fuerzas o la nube es más grande de lo esperado, hay un momento que necesitas cojer aire y debido a que estás al límite de oxígeno, inspiras con tanta fuerza que tu nariz y boca se transforman en una potente máquina de succión y arrastras a tu sistema respiratorio (como diría la canción) "oxígeno, nitrógeno y argón pero en este caso acompañado de formas definidas. El resto os lo podéis imaginar.
Y para acabar os dejo un par de recetas de insectos que he encontrado en la red, supongo que si os dieran a elegir entre uno de los dos os pondrían en un compromiso. Salud.
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Por no hacer mencion de las numerosas telas de araña que suelen acabar formando parte de nuestro atuendo al finalizar el entreno en cuestion.
ResponderEliminarComo siempre, un ratito ameno leyendo tus entradas y con mas razon que un santo.