foto obtenida de wikipedia
2:03:38 en una maratón significa correr 42.195 metros a 2' 56". El keniano Patrick Makau con esta marca ha rebajado en 21 segundos el anterior récord de esta distancia del etíope Haile Gebrsealassie.
No hay mucha gente capaz de hacer una sola serie de 1.000 metros en 2' 56", todavía menos que hagan 14' 40" en un 5.000, muy pocos 29' 20 "en un 10.0000 ó 1h 02' 11" en media maratón y solamente una persona ha corrido la maratón en 2h 03' 38", por lo que es fácil pensar que lo que ha hecho Makau o lo que hizo Gebrsealassie no es de humanos, es de máquinas. Pero yo creo que no, me explico:
Una de las muchas compensaciones que tenemos los atletas populares, a diferencia de otros deportes como el fútbol o el baloncesto donde es muy difícil acceder a las grandes estrellas mediáticas que lo practican, es que tenemos la oportunidad de vez en cuando de compartir unos metros, un calentamiento, una salida e incluso algún entreno con la élite del atletismo. En mi caso, conozco personalmente al ex campeón de España de media maratón Bartolomé Serrano "Jim" con una marca de 1h 01' 43", he compartido línea de salida con atletas de élite como Carlos Castillejo o Roger Roca y he seguido a través de twitter el día a día de la preparación para la maratón de Rotterdam del egarense Jaume Leiva donde en tres meses acumuló unos 1.800 kilómetros de entrenamiento trabajando además 8 horas diarias.
Los atletas de élite son personas que han nacido con una cualidad, un don para la práctica del atletismo, un don que les permite triunfar a base de una completa dedicación y sacrificio diario. En el caso de los maratonianos como Patrick Makau, al ser una prueba tan exigente la compiten pocas veces cada temporada por lo que deben programar el entrenamiento para estar en su forma más idónea el día de la maratón, con lo que también tienen que contar con el factor suerte, factores como la lluvia, el calor, un resfriado, etc. el día de la carrera pueden dar al traste con la preparación de la temporada.
Pero aún siendo famosos y los mejores en su modalidad, al tener la oportunidad de estar cerca de ellos compartiendo algunos momentos de su vida, te das cuenta que son personas normales como tú, con sus problemas y alegrías personales, personas con las que puedes tener más o menos afinidad, que se pueden poner enfermos, tener un mal día. Pero en definitiva personas de carne y hueso.