El dia de la Cursa de la Festa Major de Terrassa se acababa mi tercera temporada completa como atleta del C.N.Terrassa. No corrí la carrera, pero me acerqué a animar a la parte más dura del recorrido, en la Av.Jaume I a la altura de la Plaça de l'Aigua, justo donde se acababa la subida. El primero en pasar fue el ganador de la prueba, Jaume Leiva, mis primeros aplausos y mis primeros ánimos fueron para él. Poco a poco fueron pasando los casi 700 corredores que la finalizaron, algunos con cara de poco sufrimiento, pero la mayoría con el rostro contraído por el esfuerzo. No dejé de animar a todo el que pasaba, del primero al último que iba escoltado por la ambulancia y el coche escoba. A los que conocía les arengaba gritando su nombre, algunos no tenían fuerzas para girarse, otros me miraban y me saludaban con la mano o simplemente me sonreían, otros gritaban mi nombre y algunos incluso me abroncaron por no estar corriendo.
Saludé a mucha gente, de muchos conocía su nombre y de otros no lo recordaba pero aún así los reconocía e igualmente me dedicaban un saludo. Saludé a tanta gente que una persona que estaba a mi lado, me comentó sorprendido " ¡ parece qué los conozcas a todos ! " y recuerdo que le respondí " ¡ es que los corredores populares somos como una gran familia ! " La conversación acabó con una invitación a unirse a nuestros entrenamientos, pero por motivos de trabajo no podía ser.
Todo esto me hizo pensar y mirar hacia atrás. Hace 4 años, solo conocía a una persona que perteneciera a este mundillo, Jordi, que fue quién me invitó a entrenar con el grupo del Chicho, grupo con el que sigo entrenando, fue mi familia de acogida, a partir de aquí poco a poco he ido conociendo a mucha gente a través de entrenamientos o carreras. Supongo que este blog y las redes sociales tienen también parte de culpa, ya que me ha puesto en contacto con muchas personas con intereses comunes a los mios y esta familia se ha hecho muy grande.

Sí, una familia enorme y variopinta: el día de la cursa pasaron frente a mí atletas con la ilusión de poder ser profesionales, atletas con el único objetivo de acabar los 8 kms sin parar de correr, otros que luchaban por un pódium, otros que se conformaban simplemente con ganar a un compañero, otros que luchaban contra una lesión, alguno que no sabía si al llegar a casa cansado tendría que irse rápidamente al hospital para conocer a su primogénita, atletas veteranos con 4 décadas de carreras en sus piernas, jóvenes veinteañeros con ganas y energías necesarias para comerse el mundo, otros que acompañaban generosamente a un compañero, etc. Había parados, camareros, médicos, bomberos, jubilados, informáticos...
Yo formo parte de esta familia y me siento muy orgulloso de pertenecer a ella, de poder entrenar con un gran grupo, de poder integrarme a otros grupos sin problema de que te rechacen, de ir a las carreras y saludar a conocidos antes de la salida, de ir de vacaciones y saludar con la mano a un desconocido que se cruza contigo mientras entrenas....